INTERIORISMO PASILLO DE CASA
Estamos a punto de abordar lo que debes y no debes hacer para decorar el pasillo de tu casa de lujo. ¿Ese pequeño camino que conecta las habitaciones? Merece mucha atención. Así que, abróchese el cinturón, y vamos a sumergirnos en lo que absolutamente no debe poner en ese precioso pasillo suyo. Lo primero es lo primero: hablemos de muebles. Imagínatelo: estás paseando por el pasillo y, ¡zas!, te das de bruces con un sofá colosal o un armario de tamaño descomunal. No es divertido, ¿verdad? Los pasillos deben ser prácticos y fáciles de recorrer, no un laberinto de muebles voluminosos. Ahórrate quebraderos de cabeza y evita amontonar muebles enormes. Decántate por opciones esbeltas y elegantes o, me atrevería a decir, deja el diseño interior del pasillo refrescantemente vacío. Oh, decoraciones delicadas, te veo guiñándome un ojo. Mira, lo entiendo. Tienes esos lujosos jarrones de cristal o esas intrincadas esculturas que pondrían celoso a Picasso. Pero aquí está la cosa: el pasillo no es la alfombra roja para tus frágiles tesoros. Es una zona muy transitada y es probable que ocurran accidentes. Así que sé prudente y exhibe esas bellezas en lugares más seguros, como el salón o el dormitorio, donde no acabarán hechas pedazos.
Desorden. El archienemigo de cualquier pasillo bien organizado. Hablamos de zapatos desparramados, abrigos que cuelgan como confeti y cachivaches que desordenan el camino. Créeme, no querrás lidiar con ese desorden. Invierte en soluciones de almacenamiento inteligentes, como zapateros, percheros o armarios. Ordena ese pasillo, amigo mío, y recupera la cordura. Aclaremos un poco el asunto. No digo que tu pasillo deba ser una mazmorra, pero ¿quién necesita una pasarela ahí dentro? Un exceso de iluminación te cegará más que el flash de la cámara de un paparazzi. Opta por opciones de iluminación suaves y bien colocadas, como elegantes apliques de pared, sutiles luces empotradas o un elegante colgante. Quieres un ambiente acogedor, no una sala de interrogatorios. Alfombras y moquetas, charlemos un poco. Puede que sientan como un cálido abrazo bajo los pies, pero ¿en un pasillo? Es una receta para el desastre. Peligro de tropiezo en abundancia. Ahórrate la vergüenza y elige un suelo desnudo o decántate por opciones duraderas como baldosas o madera noble. La seguridad es lo primero.
Alerta de peligro Los peligros en el pasillo son un gran no-no. ¿Cuerdas sueltas, pequeños muebles o cualquier cosa que pueda apuñalarte? Mantenlos lejos, muy lejos. Quieres un camino despejado, un recorrido fluido por tu humilde morada, sin obstáculos inesperados. Mantén ese pasillo tan seguro como una fortaleza. Contaminación acústica, ¡nadie tiene tiempo para eso! ¿Aparatos como lavadoras, secadoras o aparatos de aire acondicionado zumbando en el pasillo? Es una forma segura de arruinar la paz y la tranquilidad de tus rincones acogedores. Reserva un lugar especial o una habitación separada para esos ruidosos culpables. Créeme, tus oídos te lo agradecerán. Por último, abordemos el tema de los malos olores. Nadie quiere un pasillo que apeste como un contenedor de basura, ¿verdad? Así que elimina de esa zona las fuentes de olores fuertes, como las cajas de arena o los cubos de basura. Queremos un pasillo fresco y acogedor, no un asalto olfativo. Elimine los residuos correctamente y mantenga a raya esos olores apestosos. Siga estas reglas de oro y creará un pasillo funcional, seguro y visualmente impresionante. Elige un diseño sencillo, organizado y práctico. Deja que ese pasillo brille como el héroe discreto de tu casa. ¡Lo has conseguido!